MAYO 2020 – MES DE LA VIRGEN MARÍA. Día 9

Oración General para Mayo

Padre Celestial, Tú has querido que en María se reflejase tu amor.

¡Gracias por habernos dado una Madre tan perfecta! Ella es para nosotros una nueva revelación de todos los tesoros de bondad que se encuentran escondidos en tu corazón paterno, nos muestras hasta qué punto Tú eres bueno y dulce en tu amor.

Con su ternura y su solicitud, Ella nos hace conocer el afecto delicado y vigilante que te une a Tí con nosotros, puesto que toda la fuerza de tu amor materno desciende a Ella de tu corazón de Padre.

En María no hay nada que no le haya sido dado expresamente por Tí: Ella trae a nosotros tu imagen, nos hace descubrir tu rostro de amor.

Sin el consuelo de su presencia y la continuidad de sus atenciones, nos faltaría una de las pruebas más evidentes de que Tú estás continuamente cercano a nosotros, para sostenernos, consolarnos, y protegernos. Su mirada bondadosa y su inmensa piedad para con los pecadores, como somos nosotros, nos invitan a creer que tu misericordia es inconmensurable y que no se deja vencer por la ingratitud y por la maldad.

María nos muestra cómo Tú nos amas y nos impulsa a confiarnos completamente a tu amor.

¡Te damos gracias porque te agrada manifestarte y darte a nosotros a través de Ella!

Amén

Lecturas del Sábado de la 4ª semana de Pascua

Sábado, 9 de mayo de 2020

Santos Luisa de Marillac rl, Isaías prof, Hermes NT, Pacomio ab, Catalina de Bolonia vg. Ntra. Sra. de los Desamparados, Patrona de Valencia.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,44-52): El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra”». Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio. Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo. Palabra de Dios

Salmo

Sal 97,1-2ab.2cd.3ab.3cd-4 R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/. El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (14,7-14):

Dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré». Palabra del Señor

Oración Final

Oh María,

Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación del Pueblo, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

(Oración del Papa Francisco ante la especial situación mundial por la Pandemia)